Friday 8 de October de 2004, 00:00:00
Ruta Andina Santa María de Canagua - Gavidia
Tipo de Entrada: RELATO
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Justamente hoy hace tres semanas que inicié mi ruta a pie por los Andes Tropicales (de Santa MarÃa de Canaguá a Gavidia, pasando por San José, El Carrizal y Los Morritos). Tan sólo llevaba cinco dÃas en Venezuela, tres de los cuales me los habÃa pasado en Caracas buscando un viaje al interior del paÃs, que me permitiese conocer hábitats y ecosistemas que no existen en España. Mi deseo era ir a Amazonas, Canaima o Roraima, pero todo lo que encontré eran ?packs? súper turÃsticos que me resultaban un poco artificiales. Me costó bastante pero finalmente conocà el Programa Andes Tropicales y enseguida me di cuenta que era lo que perseguÃa.
Tan sólo dudé porque la región andina no era el destino querido, pero la persona responsable de turismo rural del PAT me comentó que los bosques húmedos por los que caminarÃa me parecerÃan la selva e indudablemente acertó.
Esta travesÃa ha sido algo maravilloso. ¿Qué os puedo decir de los paisajes que he visto? Basta con que echéis una ojeada a las fotos de esta web para daros cuenta de la cantidad de árboles, plantas, pájaros e insectos que hay. Si bien los diferentes ecosistemas, por los que he ido pasando hasta llegar al páramo, me han parecido alucinantes, hay algo que me ha resultado mejor todavÃa: las personas que ido conociendo en estos lugares y, sobre todo, el poder compartir con ellos mesa y techo mientras hablábamos de lo divino y de lo humano.
Empezando por Richard y Gladys (con sus hijos me fui a bañar al rÃo y a pasear entre el ganado) que me hicieron sentir cómodo desde el primer momento. Pasando por Enoé y Rafaela y su numerosa familia con la que estuve charlando toda la tarde mientras fuera llovÃa. Llegando a casa del Sr. Mario y Sra. Flor donde reà muchÃsimo con sus hijas y nietos (el estilo Tarzán de los cuales intenté imitar y casi me caigo del columpio). Acampando a 3.000 m. con Alà que es todo un cocinero incluso con las condiciones más adversas (lluvia, frÃo y tan sólo unas ramitas para encender el fuego). Finalizando en la mucuposada de Rómulo y RosalÃa, donde pude recuperar fuerzas mientras dialogaba con su hija sobre la igualdad de sexos.
En fin, todo y todos: increÃbles. Para mi han sido cinco dÃas en los que he desconectado de todo y he podido descubrir un ambiente rural que me ha aportado un montón. Tan sólo deciros gracias a todos los que hacéis posible este proyecto y animar a aquel que haya llegado a leer hasta aquà a que haga esta ruta, pues le aseguro que nunca se arrepentirá. En mi retina quedan una serie de imágenes que ahora me alegran en mi trabajo. Lo dicho: gracias y anÃmense a hacerla.
José MarÃa Lluch
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