Mont Blanc sin remontes

La ascensión y descenso por esta ruta puede realizarse en dos duras jornadas, pero esto está reservado a los más fuertes, con rodillas de acero... Nosotros empleamos 3 jornadas y media repartidas así:
-1ª jornada: Chamonix (1.030 m) - Plan de l´Aiguille (2.300) - Ref. des Grands Mulets (3.051 m). Tiempo: 7 - 8 h aprox (nosotros nos perdimos por la Jonction y tardamos casi 11 h)
-2ª jornada: descanso o aclimatación, llámalo como quieras. Nos vino estupendamente...
-3ª jornada: ascensión a la cima (4.810 m) y regreso al refugio. Ascenso 7:30 h y descenso 4 h. Tarde de descanso
-4ª jornada: descenso a Chamonix por la senda de la Para (ruinas del antiguo teleférico y gran cabaña a mitad de camino), unas 4 h.
Este planteamiento es bueno para los que estamos un poco bajos de forma o con las rodillas "cascadas". Si te ves con fuerzas, puedes suprimir el día de descanso, pero eso de llegar al refugio a medio día o a media tarde y tener que levantarse a las 12 de la noche con 1.800 m de desnivel por delante es un poco machaca... También puedes descender al pueblo el día de cumbre, pero 1.800 m para arriba y 4.000 m de bajada es fuerte... Ten en cuenta que por el Glaciar de Bossons y por el de Pélerins hay varios "sube-y-baja". Así que el desnivel acumulado de Chamonix al refugio salen unos 2.400 m. Para subir al Plan de l´Aiguille la mejor senda es la de "sur le Rocher", es cómoda y se asciende rápidamente. Para el descenso es mejor la de la Para, porque es más directa, aunque menos cómoda, y te evitas llegar hasta el Plan de l´Aiguille. Ambas sendas puedes cogerlas desde las inmediaciones del Camping Les Molhiasses.

1ª jornada: Tras despedirnos de nuestros amigos Marcos y Sergio que parten hacia la arista des Grands Montets (Aig. Verte), salimos del Camping Les Molhiasses a las 5 y pico de la mañana, siguiendo a un grupo de montañeros de Valladolid que conocían la senda de subida al Plan de la Aiguille. La subida es rápida y cómoda y en menos de 3 horas nos plantamos en la cabaña que hay antes de llegar a la estación intermedia del teleférico. Luego pasamos por la estación (2.310 m) y flanqueamos al Glaciar de Pélerins, que atravesamos. Esta zona del glaciar está prácticamente "muerta", en fuerte regresión y apenas tiene grietas en esta parte. Tras cruzar, aparecen senderos que, por terreno pedregoso, van flanqueando la ladera hasta las rocas que sirven de "refugio" contra las frecuentes caídas de piedras procedentes de los contrafuertes de la Aiguille du Midi. Es conveniente encordarse aquí, ya a pocos metros de entrar en el Glaciar de Bossons.En agosto de 1998 el macizo del Mont Blanc tenía los glaciares muy abiertos, con grietas enormes (condiciones de "septiembre de año seco", nos dijo el guarda de Mulets). Bossons estaba bastante laborioso, pero se progresaba bien hasta la zona más fracturada, sobre los 2.700 m. A partir de ahí la cosa ya se puso seria. Había zonas que temblaban mientras rodeabas torres, séracs, saltabas grietas, trepabas por muretes. La verdad es que da bastante miedo eso de andar sobre un terreno tan "vivo".

2ª jornada: Nos levantamos también muy pronto y estuvimos haciendo tiempo, comiendo y bebiendo. Buscamos en los libros de piadas la firma de nuestro amigo Sergio, que subió en un par de ocasiones el Mont Blanc. Y la encontramos, además de leer las de Damilano, Gabarrou y otros "ilustres". El guarda es muy agradable. Tenía interés por aprender algo de español, y era educado y además un buen cocinero. Cenamos "de refugio" (el agua pagada aparte, eso sí) y nos acostamos casi a las 9, tras preparar el material. El guarda nos dijo que prepararía el "desayuno" para la 1 de la madrugada. Con los nervios y algún que otro ronquido yo no me dormí hasta las 11 y media....

3ª jornada: Total, que nos quedamos dormidos y nos despertamos tarde todos: nosotros y el guarda, que nos pedía disculpas sin dejar de sonreír. La verdad es que era tarde: casi las 2! Le dijimos que no se disculpase, que nosotros también nos habíamos quedado roque... Desayunamos y preparamos todo y a las 3 y cuarto estábamos ya encordados y andando por el glaciar. Íbamos Pedro, yo y los de Irún. Enfilamos por las petites Montées hacia el Petit Plateau, bajo un cielo estrellado. Como no es plan de perderse por allí, si no hay luna lo más conveniente es seguir las huellas de bajada (que se marcan mucho en la nieve), aunque son muy directas y empinadas. No hay mucha huella pues el estado del Glaciar de Bossons ha hecho que casi todo el mundo descienda por Goûter o por los "cuatromiles".
Empieza a clarear cuando pasamos bajo los enormes y acojonantes séracs del Dôme de Goûter. También asistimos a un impresionante derrumbe en los espolones del Mont Maudit, y una caída de séracs justo en el casquete cimero del Mont Blanc. El amanecer es precioso, de película.

Después de mi "ataque de cansancio" enfilamos para abajo y después del Grand Plateau corremos bajo los enormes séracs del Dôme. Cerca del Petit Plateau llegamos a una de las grietas que saltamos la noche anterior: estaba fatal, con los bordes blandos, rotos. Menos mal que había allí 3 suizos montando una mini-tirolina para atravesarla. El más alto de ellos (que ya es decir) saltó asegurado por los demás y tras no pocos problemas aseguró la cuerda en el otro extremo. Nos invitaron a usar su cuerda y, tras pasar las mochilas, saltamos nosotros. Hubiésemos perdido mucho tiempo si nos toca hacerlo a nosotros solos.
Poco tiempo después, llegamos al refugio de Grands Mulets, donde el simpático guarda nos felicita por nuestra primera ascensión al Mont Blanc y nos regala una postal (estupenda su actitud, no os parece?). Tocaba descanso y dedicamos la tarde a beber, comer y hacer el perro.

4ª jornada: Volvíamos al valle. Qué ganas teníamos de ver a nuestros amigos Sergio y Marcos (que esperábamos estuviesen terminado la arista de los Grands Montets a la Aig. Verte) e intercambiar "batallitas" (ni comparación la nuestra con la suya: una escalada de las de verdad...). Mientras atravesábamos el caos de Bossons tuvimos que "encargarnos" de una pareja de suizos que iban bastante mal equipados, ayudándoles en algunos pasos. Cuando llegamos a "tierra firme" descendimos por la senda de la Para, que comienza justo al lado de las ruinas del antiguo teleférico. Esta senda llega a la boca francesa del Túnel del Mont Blanc, y luego rodea los zig-zags de la carretera, y caminar cerca del tráfico rompe bastante el encanto de volver al pueblo por el bosque. Desde las ruinas del antiguo teleférico llegamos al camping Les Molhiasses en un par de horas.

Xapoooooó Gabi!!!! Q carrusel de posts!!!