20080512 Lunes Serra de l'Obac
De este finde largo -extendido hasta el lunes por la Segunda Pascua-, recordaré la generosa lluvia caÃda, que afortunadamente ya cuestiona la necesidad de las anunciadas restricciones de agua.
Y recordaré su efecto disuasorio: la insistente lluvia limpió las calles de residuos y también de paseantes. ¡El fenómeno, ahora tan inusual, conturba!
Subà el sábado al monte Carmelo para disfrutar de la excepcionalidad climática y lo único que vi fue perros paseando a sus amos que obligados por la urgencia urinaria de los animalitos, no se dejaban influenciar por un poco de agua... o de bastante; los demás refugiados en casa permanecÃan tras las cortinas mirando la cortina de agua con regocijo y consuelo.
Lluvia al fin, que desborda los pequeños pluviómetros. ¡Algo es algo!
El lunes el personal continuó su voluntaria reclusión: la Serra de l'Obac ultravisitada por la ciudadanÃa también estaba desierta a pesar de que el pronóstico ya no era tan malo... (¿malo?).
¿Se programó la gente desde el viernes?. Nosotros, hambrientos de exteriores, caminamos desde la Casa Nova de L'Obac hasta el Paller de Tot L'Any.
Recordaré también la generosidad de ese territorio pedregoso y hasta este finde reseco. ¿Cómo puede haber tantas flores en lugares tan precarios. AhÃ, nuestros ojos se fijaron en los colores y sin proponernoslo fotografiamos el contrapunto tierno a las rocas y al gris de las nubes. Ahora lo veo: seleccionamos lo blando entre lo duro, una mirada tendenciosa buscando la faceta positiva. Apañamos una jornada sin expectativas en un magnÃfico dÃa de excursión.