Estuvimos por la Conca de Barbera disfrutando de la paz y el silencio; de la soledad y de la ausencia de Humanidad.
A veces me pregunto las razones por la que me encuentro tan bien en el monte. Cada vez, según el estado de ánimo, encuentro alguna diferente. La de hoy es negativa: es mi dificultad para convivir con las personas que valoran las normas por encima del sentido común.
Un amigo me cuenta: Yendo en bicicleta, una pareja de policÃas le ha amonestado por pasar un semáforo en rojo. Reconoce que lo ha hecho, pero puntualiza... "pero mirando la circulación, a mÃnima velocidad y con máxima prudencia; no se aproximaba ningún coche y he pasado".
Le conozco bien y se que la precaución es su norma. Afirma:"Jamás paso un cruce a ciegas; Aún cuando el semáforo está verde temo que algún conductor se salte la luz roja y me atropelle. Por el contrario, si el semáforo esta rojo, pero estoy seguro de que no viene nadie, no veo inconveniente en pasar".
Es mayorcito; lleva 30 años en bici por Barcelona y dice: "si sigo vivo es porque actúo con cordura. En este entorno hostil la selección natural ya habrÃa actuado si lo hubiera hecho mal, ¡Soy la parte débil!." ¿Cuánto durarÃa vivito quien se saltase alegremente los semáforos?. Pero sus argumentos no convencen a los seguidores de las normas, que le obligan a ir por la calzada como si llevase un vehÃculo a motor, ¡aunque no tenga su potencia ni su fortaleza!. En "su" simplificación, por el hecho de circular por la calzada todos son iguales.
Ahora sonrie, pero mientras trataba de argumentar con los agentes, su cara -dice- era de desesperación."Cualquiera que habitualmente se mueva en bicicleta por una gran ciudad sabe que â€hay menos riesgo donde hay menos coches†y pasar un semáforo, cuando no pasan vehÃculos, para ganar metros a los coches de tu carril -que siempre presionan desde atrás- es lo más seguro. ¡Y a la vez les molesta menos pues apenas comparten calzada contigo!..." Pero los seguidores de las normas no le entendÃan...
Se que no es incÃvico. Repite con frecuencia que le molesta que los ciclistas circulen deprisa por la acera, hostigando a los peatones con el timbre; y está totalmente de acuerdo en que sancionen las conducciones peligrosas.¡Las peligrosas! dice.
Al final parece que tanto "dialogo" incomodó a los guripas que atajaron la dialéctica amenazándole con una multa si reincide.
Siento empatia, y a mà me sabe mal desde un punto de vista filosófico, porque cuando se pretende regir el comportamiento con normas contrarias al sentido común, se educa a los individuos como autómatas, se les atrofia la sensatez y se les deja indefensos en los entornos no “normalizadosâ€.
Me gusta la montaña porque se ha de usar el sentido común al asumir riesgos. La ley la impone la Naturaleza: si eres demasiado imprudente simplemente pringas.
pd/
...Dos dÃas despues me llama. Sigue dándole a la cabeza:
"La luz roja no mata. Mata el vehÃculo si te pilla y has de preocuparte de no darle oportunidad".
¿Puedo pedir "daños y perjuicios" a esos celosos guardianes del orden, por perjudicar la estabilidad mental de mi amigo?
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