Collserola es baja montaña.
Es lugar de domingueros y de iniciación; pronto, los que progresan en la actividad montañera, la olvidan y hasta la desprecian. En el mejor de los casos la convierten en una pista de entrenamiento: corriendo o yendo en bici.
Pero para mi es una montaña entrañable.
En cada rincón encuentro recuerdos y presencias, de los que me han acompañado en algún momento y han ocupado lugar en mi vida, de personas y animales.
Lo insignificante: un muro en ruinas, una cerca, un árbol caido.... me trae recuerdos.
Conozco bien esos caminos y puedo despreocuparme de la prioridad de recordar por donde paso para no perderme. Relajado pues me dedico a meditar.
Es una sierra bajita y humilde pero yo me cambio la escala y en una hectárea me pierdo. Me basta la mezcla de pinos y encinas para aislarme y recuperar fuerzas. Me aproximo más a la vegetación y las piedras y disfruto de la naturaleza y de la soledad.
A 20 min de casa la tengo.
A 20 min de casa me tiene.
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