La zona libre de ese pequeño refugio estaba abierta... El resto permanencia cerrado e inaccesible.
HECHOS: Optimista.
Empezó a llover a cantaros. No era un otoño para excursiones ni todavía era esa época con los refugios y su servicio de guarda funcionando.
Se abrió la puerta y entraron otros dos viajeros también empapados. Igual que con la llegada de los siete anteriores, algunos levantamos la cabeza para escudriñar y asemejar a los recién llegados, y suspirando resignados y sin mediar palabra, nos recogimos aún más.
- !Yeah! Estamos bien en le refugio!- Gritó desde el fondo un Sr. Eyo espléndido.
- Cinco más y hacemos un 69!
Una carcajada salió de todos.
La montaña es así!
…Esa noche nadie durmió…