Finde riglero: Curru-cuclillo y Mosquitos

El viernes por la noche llegue a Riglos sin mucha idea de escalar: con pasar el fin de semana al aire libre, correr un poco, ver escalar a Iran, Eneko, Hos y compañía, y cenar con ellos, me daba por satisfecha. Y... mira por donde, entre todos me regalaron dos días de escaladas de lujo.

El sábado Hos y Sergi me subieron al Frechin por la CURRU-CUCLILLO. ¡¡¡Qué a gussssssto!!! Me encanto la vía y me sorprendió lo bien equipada que está... tratándose de Riglos! Creo que fue la más tranquila de todas las escaladas rigleras que recuerdo, sin duda, por la calma que me transmitían mis dos compañeros, que me trataron como a una reina. Y fue una tribuna excepcional para ver cómo Iran y Eneko se convertían en salvajes y se escalaban toda la naturaleza entera: ¡yo no consigo entender cómo podéis subir por esos sitios!

El domingo, como Eneko no estaba lo suficientemente cansado después del viote del día (http://www.madteam.net/foro/piadas/7159-de-naturaleza-salvaje7briglos.html), y después de subirse al puro de noche (http://www.madteam.net/foro/piadas/7161-nocturna-al-puro.html), decidió llevarme a la MOSQUITOS. ¡Qué lujo! Detrás de nosotros se metieron Mikel y Leti.

¡Hasta el trono me encantó la vía! ¡Qué disfrute! Yo no tengo memoria para los pasos y los largos de las vías, pero sí para recordar el placer de moverse jugando con la fuerza de la gravedad y la forma de la roca, el color cobrizo de las piedras, la textura pulida de los bolos, las verruguillas que esculpe la tierra que arrastra la lluvia en la parte de abajo de las piedras, la espesa capa de magnesio que recubre los bolos, las manchas de color azul cielo que pintan los líquenes... Me encantó descubrir que el trono parece un pedrusco recién salido del fondo del mar y recubierto de gotas de lluvia petrificadas.

Mientras Eneko tiraba hacia arriba, en la reunión del trono coincidí con Mikel y entre los dos me convencieron para seguir los dos siguientes largos... que no sé si fue muy buena idea, jijiji!!!  Las travesías me dan miedo, así que fui de chapa en chapa, parándome y colgándome en cada paso, hasta que llegué al paso de 6b. Y bueno, ahí monte uno de mis espectáculos habituales: pedal, tres expreses en el aro del arnés, toda mi mala ostia, y Eneko y Mikel dándome instrucciones. Pobre Eneko, esperando con muuuuucha paciencia a que ese pulpo culón de brazos y piernas que se agitaban sin ton ni son colgando de la pobre cuerda, sudando y maldiciendo, subiera centímetro a centímetro... A base de mala leche, poca fuerza mal administrada y los tirones de Eneko, no sé ni cómo, conseguí salir de allí y abandonar por fin el pobre parabolt maltratado.

Para el siguiente largo ya no me quedaba ni medio gramo de fuerza en ningún músculo del cuerpo: visualizaba los movimientos pero mis manos no aguantaban y mi impaciencia no me permitía pararme a descansar. Al final llegamos arriba, nos dimos un fuerte abrazo, y hala, para abajo, a reencontrarnos con todos los demás y celebrar el día con una comilona de órdago en el bar.

Total, como siempre que quedo con esta gente, volví a casa feliz, súper orgullosa de lo bien que me lo paso con ellos y de lo buenos escaladores que son, y de que encima sean tan generosos como para cargar con un petate como yo.