Pieza multi-uso

Hace unos meses, antes de hacer la Sulayr, me hice un nuevo acolchado para proteger mi espalda del roce de la mochila TFD. El anterior – de una mochila Greenvalley – era muy chico y pesaba 52 gramos. Tenía doble uso – acolchado y lugar donde guardar los mapas – pero........ quería más. Se me había ocurrido una nueva manera de confeccionarme una almohada con materiales que ya de por sí llevaría al monte.

En vez de llevarme la funda de Therm-a-Rest (34 gramos) emplearía el Buff como funda y seguiría usando mi Parka ó Vest (ambos de BPL – Cocoon) como relleno. Con la funda Therm-a-Rest empleaba el acolchado del Greenvalley para aumentar un poco la altura (malamente porque se quedaba chico), pero con el Buff no podía ser: está abierto por los dos lados y se sale todo, cosa que no ocurría con la funda TR.

Así que se me ocurrió hacer un acolchado nuevo – más grande, para que sirviera de “frame” para la almohada; con esa estructura, las aberturas laterales del Buff no serían impedimento para su utilización como funda. Y ya que lo hacía más grande, por qué no emplearlo también como “colchoneta” para el suelo. Obviamente, para sentarme en la nieve y no quedarme con el culo congelado, tenía que ser de espuma y, mejor, CCF (Closed Cell Foam). Además, el CCF pesa muy poco y......... da la casualidad que tenía un resto de Plastazote (de 4 mm) en casa. Para la primera prueba (o sea, el prototipo) era perfecto.

Como quería seguir usándolo como lugar donde guardar los mapas (ya sabéis como es mi mochila TFD – no tiene bolsillos estrechos alargados, ni seta) tenía que tener la forma de un sobre – cerrado por tres lados y con algún tipo de cierre por el lado donde poder meter y sacar los mapas.

Pues eso......... manos a la obra.

Corté un trozo de Plastazote de 48 x 32 cm, lo doblé por la mitad, quedándose las medidas en 24 x 32: más que suficiente para el alojamiento de los mapas, perfecto para la medida de mi almohada y algo justo para mi trasero (qué le vamos a hacer – es lo que hay ). Después corté un trozo de Velcro (ambas partes) de 22,5 cms y lo cosí en un lateral de tal modo que, al doblar el Plastazote, ambas partes coincidieran y se cerraran/pegaran. Me di cuenta que se pegaba mucho y que podría ser complicado abrir y cerrar el Velcro sin tirar demasiado de la goma espuma, por lo que decidí poner en el centro, en ambos lados, un poco de cinta para evitar que el Velcro se adhiriera allí (así podía meter dos dedos y abrirlo fácilmente).

Tal solo me faltaba coser los otros tres lados et voilá....... ya tenía mi nuevo acolchado para mi mochila – y con multi-uso.

Una foto con el resultado final:

El trozo de cordino que se asoma es para sujetarlo a la estructura (para la versión 2.0 de mi mochila tengo que pensar en algo mejor). Si os fijáis, al lado de una de las costuras se ven las marcas de arrastre de la máquina de coser; por eso usé en las demás costuras un trozo de papel entre el Plastazote y los dientes del arrastre – luego retiré el papel, aunque -mirándolo bien-, todavía se ven restos en el centro (donde la cinta que evita que se pegue el velcro) y a la derecha arriba.

Y una foto, empleándolo en el campo (desayunando en la Sulayr). Sí, mirad bien – es ese trocito amarillo debajo de mi trasero.

Características:

Materiales: Plastazote + Velcro

Medidas: 24 x 32 cms.

Altura: 8 mm + lo que haya dentro.

Peso: 33 gramos

Coste: cero (en mi caso).

Multi-uso: Acolchado para la mochila – “estructura” para mi almohada – funda para mis mapas – colchoneta para el suelo (quién da más ).