Este pasado fin de semana del 9 y 10 de mayo me voy con mi compañero Carlos para Ordesa, a ver si subimos al Monte Perdido. Yo se lo debo, porque fue mi primer tresmil hace treinta años y lo subí precisamente por aquí, y se trata además de subirlo cuando aún tenga nieve, porque así lo he subido casi siempre. Con ésta ha sido la décima allí arriba, siete desde Ordesa y tres desde Pineta (una de ellas por la directa del glaciar norte). Y para Carlos ha sido la primera, y su primer tresmil. Hemos disfrutado como animales, como los animalons que a ratos salen en las fotos. Este Monte Perdido.... no sólo es mi primer amor pirenaico, sino que es el amor pirenaico por excelencia, el más bello y personal, único. Por siempre, te quiero.