Solo como comentario que viene un poco al cuento:
El domingo pasado en el refugio Siscaró de Andorra, coincidí con tres chicas canadienses muy jóvenes que estaban haciendo la Alta Ruta Pirenaica, una de ellas no tendría mas de dieciocho o veinte años. Ese día se curraron unos dosmil metros de desnivel cargadas con mochilas de travesía. Llevaban treinta y un días andando, y cumplían a rajatabla las etapas, no habían fallado ni una.
Lo que me impresionó de ellas, era la frescura y buen rollo que llevaban, llegaron por la tarde, se quitaron las mochilas y se pusieron a cantar. Les quedaban once días hasta Banyuls, que es donde querían finalizar su epopeya.
Si todo les ha ido bien, hoy irán del refugio Marialles al refugio Batére, a tan solo cuatro días de su meta.
Juro que en mi vida he visto tan buen rollo por la montaña como el de estas chicas tan jóvenes, ha sido un placer conocer a personas así, porque la noche anterior en el refugio había un grupo de gente con tres perros durmiendo en las literas, tuve a un boxer o parecido durmiendo al lado de mi cabeza, y por la mañana me gruñían.... Suerte que el haber conocido a estas tres grandes tías ha borrado el mal rollo de la noche anterior. Se puede decir que son dos maneras antagónicas de ir por la vida y por la montaña, buen rollo, rollo sano cada vez es mas difícil encontrarlo...., y si encima os digo que el viernes día 3, por la noche, mientras esperaba el autobús para Andorra, me robaron una mochila....., pues que mas contar.
Un saludo.