Para la gente que practica actividades deportivas, lúdico, recreativas por la montaña, y la naturaleza en general, es un calvario estar encerrado en cuatro paredes.
Este encierro que se puede prolongar semanas, va a acabar con la salut mental de mas de uno. LLevamos solo ocho días, y aún no no hemos cogido el tranquillo a esto de no hacer nada durante todo el día, hemos de inventarnos tareas que nos cansen físicamente. Desde cambiar los mubles de sitio, a limpiar veinte veces al día toda la casa.
Como algo positivo, las ciudades están registrando niveles de contaminación de mínimos históricos. El cielo se ve mas azul, el aire mas limpio, mas transparente, hasta se parece un poco al aire de las montañas. Habrá que echarle imaginación; esperaremos con resignación hasta el día que podamos cargar con nuestras mochilas, y pedalear con nuestras bicis.
Ánimo que llegará ese día.... creo.