Acababa de volver de Mongolia y antes de subir al Aneto decidimos ascender al famoso Carlit, pico alejado de la zona central de los Pirineos aunque muy frecuentado debido a su facil acceso. Nosotros lo acometimos por el lado noroeste. Hacía tan buen tiempo que convencí a mis amigos para que saliésemos del refugio al alba para ver las primeras luces en la cima. Llegamos un poco más tarde pero valió mucho la pena. una vez arriba parecía que estuviésemos en la cima del cráter de un volcán, pues un reino de vapores y gases se desplazaba a sus anchas por toda la vertiente sur. Fue un bonito espectáculo y pasé una hora en la cumbre, verdadera atalaya del Pirineo Oriental!