El primer día del puente (la intención principal del cual era subir al Vignemale), cambiamos de idea y quisimos intentar el Bachimala por estar más cerca y en la vertiente sur de los Pirineos (mejor tiempo que en el otro lado). El tiempo era muy gris pero había visibilidad y no nevaba. El problema fue que salimos demasiado tarde, nos equivocamos de lado del río (teniendo que cruzarlo por los rápidos) y encima yo me reventé en la subida del barranco de Bachimala, hundiendome en la nieve. La pájara fue asquerosa y me mareé. Luego, para acabarlo de rematar, rampa en una pierna y, para acompañarla, instantes después en la otra. Dolor insoportable, masajes, descenso y progresiva y animosa recuperación. Cena caliente y memorable bajo un porche y pernocta en un divertido refugio libre donde conocimos gente maja.